La enfermedad aparece como respuesta a determinados estímulos que producen alergía son polen, ácaros del polvo, partículas de la piel de gato y perro, humo, aire frío, ciertos alimentos o aditivos alimenticios. Se caracteriza por la aparición de episodios de dificultad respiratoria(crisis o ataques), generalmente asociados a otros síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo. Los síntomas varían según la edad.
En los niños aparece principalmente la tos. En los adultos los tres principales síntomas son rigidez en el pecho, silbidos y fatiga en la noche.
La curación solamente puede alcanzarse en algunos casos de asma alérgica o relacionada con el lugar de trabajo del paciente, siempre que se pueda evitar el agente causal.
Causas
Esta enfermedad es causada por una inflamación (hinchazón) de las vías respiratorias. Cuando se presenta un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensionan y su revestimiento se inflama. Esto reduce la cantidad de aire que puede pasar por estas.
En las personas con vías respiratorias sensibles, los síntomas de asma pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes.
- Animales (caspa o pelaje de mascotas)
- Ácaros del polvo
- Ciertos medicamentos (ácido acetilsalicílico o aspirin y otros AINE)
- Cambios en el clima (con mayor frecuencia clima frío)
- Químicos en el aire o en los alimentos
- Ejercicio
- Moho
- Polen
- Infecciones respiratorias, como el resfriado común
- Emociones fuertes (estrés)
- Humo del tabaco
Las sustancias que se encuentran en algunos lugares de trabajo también pueden desencadenar síntomas de asma, lo que lleva al asma ocupacional.
Síntomas
Durante las crisis asmáticas la mucosa bronquial que recubre los conductos respiratorios se inflama y se produce un moco espeso que obstruye los conductos de las vías aéreas. Como consecuencia, los músculos que rodean estos conductos se contraen y estrechan disminuyendo su diámetro, impiden el paso del aire y complican la respiración.
Características:
- Inflamación: Aumenta la sensibilidad bronquial y la obstrucción. En ocasiones su origen es alérgico. Produce un incremento de las secreciones y la contracción de la musculatura bronquial.
- Aumento de la sensibilidad bronquial: Tras la exposición a diversos estímulos (humos, gases, olores, aire frío o ejercicio), los bronquios de los asmáticos se contraen produciendo el estrechamiento de la vía aérea.
- Obstrucción bronquial: Es variable y reversible de manera espontánea o con tratamiento. Durante las crisis el aire circula con dificultad produciendo pitidos y sensación de fatiga o ahogo. En el momento en el que la crisis se resuelve el aire puede moverse normalmente por los bronquios y desaparecen los síntomas.
Prevención
Aunque el asma no tiene cura, sí se pueden tomar una serie de medidas para prevenir una crisis. Estos son algunos consejos:
- Es recomendable evitar la exposición a los agentes que la originan. Los principales son el polen , los hongos ambientales y los epitelios de algunos animales. Los síntomas más frecuentes de la alergia al polen son picor en los ojos, estornudos y goteo nasal.
- Evitar realizar ejercicios intensos en época de polinización, ya que esto puede generar dificultades respiratorias que deriven en un ataque de asma.
- Los enfermos de rinitis deben tener especial cuidado ya que esta enfermedad con frecuencia precede al asma.
- Controlar a los niños en especial cuando atraviesen un proceso viral o si padecen obesidad.
- Las personas con asma no pueden fumar.
Tratamientos
- Inflamación de la mucosa bronquial: Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en la mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona) inhalados. Por vía inhalatoria las dosis de corticoides empleadas son muy bajas y producen un efecto tópico sin los efectos secundarios de la administración por vía oral, endovenosa o intramuscular. Los corticoides inhalados han pasado a ser el medicamento más importante en el tratamiento del asma.
- Broncoespasmo: Pero para el tratamiento inmediato del mismo se utilizan broncodilatadores que normalmente se administran por vía inhalatoria. Existen dos tipos fundamentales según la duración de su acción: los broncodilatadores de acción prolongada se toman por la mañana y por la noche todos los días, se tengan o no síntomas, mientras que los de acción corta se suelen reservar para tomar en caso de necesidad (sensación de ahogo, tos, etc).
- Alergias: el tratamiento con antihistamínicos puede ser beneficioso. Por otro lado, con ciertas alergias existen tratamientos inmunológicos eficaces (vacunas) que pueden ayudar notablemente en el control del asma. Lo más eficaz en el tratamiento de las alergias es evitar o reducir en lo posible la exposición a alergenos.
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